martes, 24 de enero de 2012

El amor era la mejor protección que se podía tener.

Solo quería permanecer en aquel lugar, donde entendía las cosas sin pensar en ellas. Mientras miraba pensativamente su taza de café vacía, reconoció -casi de forma abstracta- su felicidad. Se le daba mejor detectar la felicidad que sentirla de verdad. Tal vez no era exactamente felicidad. Tal vez era más bien... paz.

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